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¡Están libres!

Relato Informático

Sucedió en la gran escuela de informática "Institut Cibernos".  Sobre 1995. Vaya, creo que fue durante ese año,  de todas formas, la historia no es mi fuerte y no recuerdo muy bien las fechas. Bien, como decía, sobre 1995 impartía clases de programación orientada a objetos en este maravilloso instituto. Dicha materia se ofrecía a los alumnos de tercer grado, el mayor grado posible antes de obtener el título de "Máster en programación". Mi sorpresa fue enorme, en el momento que le dije a un alumno:

 -Escribe A:

 Y el usuario escribió A..

 

 Impresionante. De repente tuve una regresión a la infancia, cuando realizábamos los primeros ejercicios de dictado y la profesora, literalmente decía:

 - En una playa podemos encontrar sombrillas, heladerías, pelotas hinchables y puntos suspensivos.

 

Había alumnos que escribían lo siguiente:

En una playa podemos encontrar sombrillas, heladerías, pelotas hinchables y puntos suspensivos.

Ni que decir, que en el momento que mi alumno, ya en el "Instituto Cibernos", dijo lo que no era de esperar;  No funciona, dice que "la unidad especificada no existe", tuve esta sorprendente regresión a la infancia. Cuando por fin volví al presente, empecé a sentir una fuerte frustración seguida de otra fuerte depresión. En resumen, supe que había envejecido, a pesar de tener sólo 24 años. Ni que decir tiene, que no aprobó nadie en esa clase, para ser exactos, 4 insuficientes, seguidos de 33 muy deficientes. En el momento de dar mi parte al jefe de estudios, nadie comprendía lo que pasaba y como debían ofrecerse varios Másteres en programación, fui injustamente despedido.

Tal vez el lector pueda deprimirse al leer esta triste historia, pero para tranquilizarlo, le diré que después de este trabajo, probé mi valía en otras empresas y conseguí el grado profesional que me merezco.

Por otro lado, el lector pensará, ¿qué pasó con los alumnos?. Bien esos alumnos están libres por el mundo laboral! Arrasando todo terreno que pisan! Desbordando memorias, procesando datos como si fuesen menestras a la mallorquina y alargando esos tiempos de espera a los usuarios, los cuales, optan por completar fumándose un cigarrillo, bebiendo cantidades industriales de café o consumiendo las uñas de sus 20 dedos. Tranquilos, no os deprimáis, estos animalillos pronto pasan a formar parte de esa gran empresa llamada INEM, dejando formidables puestos de trabajo para vosotros, los programadores. Naturalmente, indirectamente y maravillosamente ofrecen trabajo a los psicólogos, médicos (especialmente los cardiólogos), farmacéuticos y según mis últimos datos hasta un astrólogo ha podido beneficiarse de este escándalo.

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