top of page

El alumno que sabía más que sus profesores

Querido lector, esto no es ciencia ficción. Es recomendable que antes de leer este capítulo se lea el capítulo anterior, para su mayor comprensión. Visto el panorama existente con los profesores, cuando uno de éstos recibe a un alumno constante,  disciplinado y apasionado en sus estudios, es bastante habitual que lo sobrepase. Esto sucede bastante a menudo en la enseñanza musical. Donde es fácil la combinación de maestros frustrados con alumnos muy apasionados. Éstos últimos, si tienen la disciplina suficiente de ensayar una media de diez horas diarias, en pocos meses superan en creces a este tipo de profesores.

 

Es recomendable que los alumnos busquen grupos de trabajo con profesionales para su correcta formación y no desviarse. Una vez leí un artículo de un cirujano que jamás había estudiado medicina docente, lo cual, no es lo mismo que no haber estudiado medicina. Él siempre había sido el ayudante de su padre en el quirófano. El pase de formación entre padres e hijos era bastante habitual en tiempos pasados y muy efectivo.

 

¿Y qué hacemos si queremos tocar bien la guitarra y no encontramos ni profesores ni maestros ni profesionales que nos puedan formar? La respuesta me la dio un guitarrista de los que podría considerar de esos guitarristas únicos – Escuchando discos, intentando imitarlos y durmiendo muy poco.

 

Supongo que cada especialidad necesitará sus soluciones individuales y no es el propósito de este capítulo analizar cada caso. Supongo que el lector se preguntará que no sea lo mismo estudiar guitarra que cirugía cardiovascular. Evidentemente que no. Un guitarrista puede ensayar diez horas encerrado en una habitación y un cirujano, deberá, tras sus clases buscarse más la vida pero así son las cosas. No me gustaría ser tratado por un cirujano que simplemente se ha dedicado a estudiar lo justo para sacar una matrícula honorífica...

bottom of page