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Los actores de cine tienen los días contados

El fin de los actores de cine está próximo y no es problema  que la industria cinematográfica pase por malos tiempos, o que Internet sea causa de que los ingresos en cine se hayan desplomado. El tema es bastante complejo y merece ser analizado de forma objetiva y detallada.

En primer lugar, como sucede en la mayoría de problemas en la vida, el principal responsable es la gente, en este caso, la gente, es el público, que tan fácilmente es manipulable. Críticos y personas que dicen entender de cine, valoran mucho a los actores que "parecen naturales", cualquier actuación fuera de esa naturalidad es etiqueta de "sobre actuación". Con ello se mata al actor de melodrama. El melodrama exagera las actuaciones, siendo más teatrales, ya sea en humor (melodrama de humor), dramas con triste final (tragedia) o en infinidad de variantes. En resumen, el melodrama es actuar de verdad, dar carisma a un personaje ya sea en su forma de hablar, gesticular o moverse. Mentes mercantiles y maquiavélicas quieren matar al actor melodramático y  uno se preguntará ¿por qué?. La respuesta a esta pregunta es muy simple. El actor natural puede ser cualquier persona con unos conocimientos básicos de técnica. El actor melodramático debe trabajar muy duro para realizar su papel, a veces debe adelgazar, engordar, caer por una escalera... El propósito de quitarse a los actores es tan antiguo como la muerte, vaciar nuestros bolsillos y producir cine de forma económica. Ni que decir que un buen actor melodramático cobra mucho, ya sea porque su trabajo y formación es muy elevado ya sea porque se ha ganado un caché. Por los años 70, Betty Davis dijo que el cine moderno no le gustaba, era demasiado real... Donde quedará el carisma de Davis, Bogart, Robert de Niro, Al Pacino, Clint Eastwood... La lista de actores melodramáticos es tan larga como sus sueldos.

Sigamos convenciendo al público más allá de la dramaturgia y toquemos el tema de la tecnología. Ya empiezan a salir televisiones con resoluciones de 8K. Las campañas de marketing se cuentan por doquier y los vendedores intentan, consiguiéndolo en la mayoría de casos, de que ese televisor que nos venden se ve mejor que la realidad. Seamos sinceros, más allá de la realidad sería algo irreal. Sería como decir que un paisaje lo ves mejor drogado que sereno. La alta resolución tiene su razón de ser según el tamaño del televisor o de la pantalla de cine. Así pues, resoluciones Full HD, Full HD hinchado a 2K, 2K y 4K son más adecuadas para proyectarse en cines, dependiendo del tamaño de la pantalla, que por pequeña que sea, será mayor que cualquier televisor. Por otro lado, la sensación de naturalidad que ofrece una proyección es mayor que la de un televisor. Un televisor es un aparato que emite luz, así pues, si acercamos la mano a un televisor que está mostrando una piedra, nuestra mano se iluminará. Las piedras no emiten luz pero las piedras de un televisor sí... Las pantallas de cine no emiten luz, la reflejan, imitando así el reflejo que produce el sol sobre una piedra. Las televisiones sólo superan al cine al mostrar aquella familia de objetos que emiten luz (estrellas, la luna, luces de una ciudad), sólo en estos casos podríamos decir que la televisión supera al cine, pero hay que tener en cuenta que el 90% de lo que nuestros ojos ven es luz reflejada. Y francamente, ver un cielo estrellado en una pantalla de cine nos sigue pareciendo más real a pesar de lo que acabo de comentar. Esto se debe al típico parpadeo que produce el cine proyectando 24 fotogramas por segundo. Este parpadeo hace que la luz de las estrellas titile.

No quisiera extenderme más en el aspecto técnico así que voy a comentar lo que me sucede cada vez que me paseo por el FNAC y veo esos engendros de televisiones 4K donde casualmente, siempre tienen puesta la película "Avatar". Procuro no prestar mucha atención al maquillaje o al decorado y me fijo en los objetos o actores normales. En esto coincidirán muchas personas, tengo la sensación de estar visionando un video juego y ahí es donde quería yo llegar.

Muerto el actor melodramático, convencido el público de que ese actor con apariencia de video juego se visualiza perfectamente... Sólo nos queda una cosa, crear pseudoactores, es decir, actores digitales. El interés de las productoras va en aumento. De hecho, ya se utiliza para muchos extras, que al verse en los planos lejanos, uno no se percata de que son engendros digitales. Es mucho más problemático hacerlo con actores protagonistas o en planos cercanos. La tecnología va avanzando y todo llegará pero uno de los aspectos que se lo pone fácil a la tecnología es no tener que buscar tanto carisma, tanto melodramatismo y tanta gesticulación.

Una vez dijo el cantante Sergio Dalma que "la gente baila lo que un productor quiere que baile". Desde luego que yo ni muchos lo haremos pero hay que reconocer que tiene razón, sólo hay que ver el número millonario de visitas que tiene una canción de cuatro acordes ante una pieza compleja que demuestre la genialidad que lleva el hombre dentro.

Esperemos que la gente cambie porque de lo contrario, todas las películas que saldrán al mercado tendrán el mismo carisma que un video juego en el que ni siquiera, podrás jugar...

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