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El profesor que sabía más que sus alumnos

¡Dirá el lector que he descubierto la rueda! Pero si dedico unas líneas a esto es precisamente porque no encuentro la de recambio. El caso es que hay miles de profesores, instructores o llámense como uno quiera, que han montado pequeños negocios en habitaciones de sus casas, dando clases a domicilio o impartiendo cursos monográficos por diversas entidades. A pesar de que puedan tener ingresos complementarios a sus trabajos, he de reconocer que a veces son bastante elevados, más que muchos sueldos. No quisiera hablar de economía sino de una pequeña cita que leí en un libro de Psicología. Decía que la mayoría de estos profesores “entre comillas” realizan su actividad porque tienen algún tipo de frustración y sentimiento de inferioridad. ¡Qué gran verdad!

 

A menudo encuentro profesores de guitarra que realizan exhibiciones de parvulario delante de sus alumnos. Tocando cuatro acordes y melodías simples, diciendo que primero empezarán por aprender esto y luego ya interpretarán obras más complicadas, obras que no sólo son incapaces de que su profesor las interprete sino que ni siquiera saben que han existido en toda la historia de la música.

 

Profesoras de Inglés y Francés que han habilitado una habitación en su vivienda para dedicarla a montar su pequeña escuela clandestina, donde poder hacer exhibiciones de sus lenguas, tan desconocidas por sus alumnos, sin que nadie les corrija si su pronunciación mezcla un acento Español, Catalán o hace una menestra de sonidos que cualquiera, que hable uno de estos idiomas, se reiría hasta que le saltasen las lágrimas.

 

Entonces ¿qué hay que hacer? ¿Dónde hay que ir para recibir las clases de un buen maestro? En primer lugar no lo sé pero estoy seguro de que tiene que haberlos. Lo más probable es que ya no ejerzan su profesión ya que en tal caso, no dispondrían de tiempo para dedicarlo a sus alumnos. Y lo más seguro, es que sean bastante mayores ya que uno sólo puede ser maestro con la constancia, disciplina y los años. También es muy probable, que un buen maestro no le cobre nada a sus alumnos ya que no tiene absolutamente ningún sentido. ¿Para qué va a querer el dinero alguien que es maestro en su trabajo? Y para finalizar, entiendo que un maestro ponga un número indeterminado de trabas antes de darle la primera clase a un alumno, entre muchas cosas, tal vez la primera es la de cerciorarse de que éste último será capaz de llevar sus estudios a un nivel genial.

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