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Con rastas y a lo hipócrita

La mayoría de gente que conozco mantienen una imagen estática durante la mayoría de su vida que incluye peinados, maquillaje y sobretodo su forma de vestir. En mi caso me considero un camaleón. Dependiendo de mi estado de ánimo adopto un tipo de imagen u otro. Los motivos pueden ser diversos; provocar empatía con las personas que trato, provocar antipatía con las personas que trato y sobretodo, cambiar mi propio estado de ánimo. La imagen es para mí, otro de tantos pequeños placeres de la vida. Ir a la peluquería, vestir con ropa de colores o con un traje está más que demostrado que ayuda en los momentos de depresión. Entre mis atuendos hay mucha variedad. Ropa deportiva, de Cowboy, de Rockero, de ejecutivo, de Hawaiano... Parece evidente que si voy a visitar una empresa me vestiré con traje y corbata y si voy a un concierto de Heavy Metal me ponga mi cazadora de piel negra. En el caso de no llevar una imagen acorde a la ocasión producirá un choque de trenes ya que, nos guste o no, en el mundo, se vive de la imagen. Puedo aceptar que pierda un trabajo de comercial por presentarme a una entrevista vestido de Rockero ya que la vida laboral es algo importante que sigue sus propias reglas. El caso es que a mí, un tipo de imagen u otro me gusta, al igual que le gusta a un  niño disfrazarse. Así pues, si me preguntan cómo prefiero vestir, si con traje o con vaqueros, responderé que depende de la ocasión. No tengo ninguna preferencia por una u otra cosa. Fuera de la vida laboral es donde realmente encontramos verdaderas actitudes hipócritas.

Hace ya un tiempo trabajaba como informático y era recomendable, no obligatorio, vestir con traje y corbata. Como he comentado anteriormente, me gusta vestir con traje y corbata así que esta era la imagen que llevaba en la empresa. Al finalizar, me reunía con unos colegas músicos cuya imagen era la de estos hippies modernos que corren hoy en día. Siempre fui tratado como un bicho raro por ello independientemente de mi forma de ser  y actuar. Lo más curioso de estos colectivos es que predican y se sientes víctimas de la sociedad por su imagen cuando ellos son los primeros que adoptan esa actitud cuando ven, por ejemplo, una corbata.

 

En otra ocasión quedé con una chica Heavy con la que había mantenido unas cuantas conversaciones telemáticas y parecía que podíamos ser buenos amigos ya que, como puede sabe mucha gente, por mis venas circulan muchas células Rockeras. Me presenté con tarje y corbata. Cuando estuvimos en persona todo fue bien pero al día siguiente dejó entrever algunos comentarios por la red tratando a ciertos individuos que les gusta el Rock de hipócritas y dando a entender de algo así como que "el monje debe llevar el hábito".

 

Como he dicho anteriormente, la imagen, desde mi punto de vista, es uno de tantos placeres de la vida y el ser camaleónico, como es mi caso, te ofrece disfrutar dentro de los roles en los que uno se encuentra. De hecho, conozco algún que otro actor que reconoce no saber actuar con su ropa y necesita siempre otro tipo de vestuario para asumir un rol determinado. En ocasiones me han tratado de no tener personalidad, en ocasiones me han tratado de ser de personalidad múltiple. En cualquier caso, prefiero ser de personalidad múltiple ya que así multiplicas los beneficios de casa una de ellas. Independientemente de las etiquetas con las que se me cite, siempre me reconoceré como un "camaleón".

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